CULTO Y FUNEBRIA
En un primer sustrato de creencias, el más antiguo, encontramos el culto a los espíritus de las grandes montañas, los Achachilas, Mallkus y/o T’alla o “Aviadores”, que son masculinos o femeninos, y tienen enorme poder e injerencia en la vida humana pues son los administradores del clima; a la Pachamama o Madre Tierra, organismo generador de toda la vida (fauna, flora y seres humanos); y el Amaru o serpiente que representa los cursos de agua. Esta triada es tanto referencia del origen, abundancia y distribución del agua como donadora de vida, y es además patrón de ordenamiento del espacio económico y ecológico en el que el aymara se desenvuelve.
De la misma forma, este trío de espirítus jerarquiza la estructura social y político-económica de la sociedad aymara: el centro social, político y religioso de las diferentes etnias.Todo lo que compone la Pachamama está vivo, tiene nombre, razón y un destino. Hay lugares que pueden ser protectores y otros, perjudiciales, todos merecen respeto y algunos adoración y sacrificios. Existen lugares ‘fuertes’ como las cumbres o Piru partes y las fuentes de aguas. Los sitios arqueológicos son sectores de respeto ya que ahí se hallan los antepasados, llamados gentiles o abuelos.
La cosmología aymara fue sufriendo cambios, primero a causa de la dominación inka y luego española. De esta forma, la triada autóctona Mallku-Pachamama-Amaru mutó a una cristianizada Arajpacha-Akapacha-Manqhapacha (cielo-Tierra-infierno) que expresa la subordinación aymara con respecto a la sociedad colonial y neo-colonial. Por otra parte, su visión del tiempo es cíclica, definida por las estaciones climáticas que a su vez determinan el ciclo laboral-festivo. Todo esta inserto en un macrociclo de tiempo y espacio conocido como Pacha, en constante renovación por medio de “revoluciones” llamadas Kuti. Es una concepción rítmica y orgánica del tiempo que adapta hechos históricos y mitológicos introduciendo una visión lineal e histórica de él: el origen de la era del sol, la conquista y colonialismo y la conciencia de un futuro Kuti. Además de la práctica católica, la ‘religión’, se continúa celebrando el culto tradicional andino, las ‘costumbres’. Estas son: las de producción, las de pasaje (primer corte de pelo o ruytucho, matrimonio y fallecimiento) y las ligadas a la salud de hombres, plantas y animales. Cada jefe de familia, dueño de chacra o ganado debe dirigir el culto periódico familiar, sea el ‘pago a la Tierra’, el floreo del ganado, la construcción, inauguración o sanación de una casa o corral, etc.